Los humedales son ecosistemas complejos –a caballo entre la tierra y el agua– a los que nos costó mucho tiempo comprender. Hasta el siglo XX, los humedales eran considerados tierras improductivas que obstaculizaban otras actividades (como la agricultura) y que generaban enfermedades. En el caso de España, esta percepción cambió en la década de los 80; pero para entonces, ya había desaparecido entre el 60 y el 70% de la superficie original de humedales en el país, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Hoy sabemos que los humedales son ecosistemas esenciales para la biodiversidad, para la regulación del ciclo del agua o para la mitigación de gases de efecto invernadero... Pero, ¿sabías que también nos protegen de las inundaciones? Nos lo cuenta Antonio Guillem, coordinador de humedales en la Fundación Global Nature, una organización que, durante más de tres décadas, ha trabajado con estos ecosistemas.
Antes de empezar: ¿Qué entendemos como humedales sanos?
Cuando hablamos sobre la capacidad de los humedales para mitigar los desastres naturales, nos referimos a los humedales sanos. Según el Convenio Ramsar –tratado internacional que promueve la conservación y el uso racional de los humedales– se considera que un humedal es saludable cuando mantiene en equilibrio sus componentes (agua, suelo, flora y fauna) y sus procesos naturales (ciclos hidrológicos).
Los manglares
Así es como los humedales sanos pueden mitigar los efectos de las inundaciones
Los humedales en equilibrio, en palabras de Guillem, actúan como “esponjas”, y ayudan a mitigar los efectos de desastres naturales (particularmente inundaciones y sequías) en dos fases.
Por un lado, los humedales almacenan y regulan el agua. "Los humedales pueden retener grandes cantidades de agua durante lluvias intensas, permitiendo su liberación gradual hacia ríos y arroyos", explica Guillem. Una consecuencia de esto es que reduce la velocidad y magnitud de las crecidas, disminuyendo el riesgo de inundaciones aguas abajo. Y añade: "además, los humedales recargan acuíferos subterráneos, lo que es clave en temporadas secas".
Y, una vez pasada esta fase de amortiguación del episodio torrencial, los humedales filtran sedimentos, nutrientes y contaminantes, mejorando la calidad del agua, explica Guillem.
Los humedales en España
Aunque todos los humedales sanos cumplen una función protectora, su efectividad depende de su estado de conservación, por lo que hablar de cuáles son los que más protegen es enfrentarse a "una pregunta un poco trampa", advierte Guillem. Aún así, destaca tres casos:
- Parque Nacional de Doñana, en Andalucía. Las marismas de Doñana ayudan a absorber y almacenar grandes cantidades de agua durante lluvias intensas, reduciendo la velocidad y magnitud de posibles inundaciones en zonas rurales y costeras cercanas, y protegiendo comunidades en el Bajo Guadalquivir.
- Delta del Ebro, en Cataluña. Actúa como una barrera natural ante las crecidas del río Ebro, regulando el caudal de agua y absorbiendo el exceso en épocas de fuertes lluvias. Esto protege las zonas agrícolas y poblaciones cercanas.
- Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, en Cantabria. Estas marismas absorben agua de ríos y arroyos de la región, lo cual ayuda a prevenir desbordamientos. También reducen el impacto de las mareas altas y tormentas que provienen del mar Cantábrico, protegiendo las poblaciones costeras de la erosión.
El Delta del Ebro actúa como una barrera natural ante las crecidas del río del que toma su nombre.
La capacidad de los humedales para reducir el impacto de fenómenos meteorológicos extremos se ha demostrado en varios episodios recientes. Guillem pone el ejemplo de la borrasca Hortensia en enero de 2021, que provocó lluvias intensas y desbordamientos en el norte de España, y en la que las Marismas de Santoña actuaron como una esponja natural, disminuyendo el volumen de las crecidas y, con ello, el riesgo de inundaciones en zonas rurales de Cantabria.
También está el caso del Delta del Ebro (Cataluña) durante la borrasca Gloria de 2020. La intensa tormenta trajo graves inundaciones a Cataluña; o el de la Albufera de Valencia durante la DANA del año 2019, que ayudó a retener el agua de las fuertes precipitaciones, reduciendo el impacto de las inundaciones en los municipios de sus alrededores.
Guillem destaca, además, que en la reciente DANA de 2024, la Albufera de Valencia volvió a actuar como barrera protectora, pero que se desbordó su capacidad mitigadora.
"En el caso de esta DANA, la Albufera ha evitado que toda esa agua llegara a los municipios costeros, quedando acumulada en el lago y en el arrozal", inicia el experto. "Pero, aunque la Albufera de Valencia está preparada para mitigar inundaciones, tenemos que ser conscientes de que este episodio ha sido extraordinario y que la cuenca, tras llover en pocas horas lo que puede llover en un año entero, alcanzó niveles sorprendentes por el desbordamiento del barranco del Poyo y el río Magro, superando su capacidad de amortiguar este impacto", añade.
Si queremos que nos protejan, necesitamos mantener el equilibrio
Antonio Guillem concluye con un llamado urgente: "Dado que estos fenómenos de DANA están aumentando en frecuencia y en su virulencia, desde Fundación Global Nature hacemos un llamamiento a todas las administraciones, a los municipios y responsables, en general, que tengan la suerte de tener un humedal cerca, que lo mantengan en buenas condiciones, que no lo contaminen, que eliminen especies exóticas, que no lo sobreexploten; en definitiva, que lo mantengan en equilibrio".
Además, recientes estudios de la fundación evidencian lo mucho que queda por hacer en términos de conservación y protección de estos ecosistemas en España. En 2023, la Fundación publicó la Primera Radiografía de Humedales, un mapa actualizado que mostró datos preocupantes: apenas 2 de cada 10 humedales en el país están incluidos en el Inventario Nacional de Humedales, el instrumento oficial clave para su conservación.
Además, recientes estudios de la fundación evidencian lo mucho que queda por hacer en términos de conservación y protección de estos ecosistemas en España. En 2023, la Fundación publicó la Primera Radiografía de Humedales, un mapa actualizado que mostró datos preocupantes: apenas 2 de cada 10 humedales en el país están incluidos en el Inventario Nacional de Humedales, el instrumento oficial clave para su conservación.
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