Por Redacción National Geographic
Publicado 17 sep 2024, 15:02 GMT-3
Existe un ave que habita únicamente en Venezuela y en las islas cercanas y se conoce como cotorra margariteña o cotorra cabeciamarilla, aunque su nombre científico es Amazona barbadensis, según se desprende de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La cotorra margariteña forma parte de la familia Psittacidae (loros) y su presencia llama la atención por el colorido que la distingue. En este artículo, conoce más sobre las características de esta ave y cuál es su estado de conservación.
Los llamativos colores de la cotorra cabeciamarilla
Esta ave se identifica fácilmente por sus llamativas plumas verdes. Pero también por tener la parte superior de sus alas, el cuello y la cabeza de color amarillo (una cualidad por la que recibe su nombre). “Aunque la coloración amarilla predominante de los hombros es un rasgo característico de la especie, también se han observado algunos ejemplares con manchas rojas en los hombros”, aclara un artículo de investigación publicado en 2014 en la revista Plos One.
Otras características distintivas de la especie son: ojos rojos o anaranjados, pico blanquecino, y cola corta. En cuanto a su tamaño, esta cotorra mide entre 33 y 36 centímetros.
Fotografía de John Bäckstrand (CC BY 2.0)
La cotorra margariteña prefiere zonas con vegetación xerófila
Amazona barbadensis habita en zonas con vegetación xerófila (vegetación capaz de vivir en climas muy secos). Frecuenta matorrales desérticos secos dominados por cactus y arbustos espinosos bajos o árboles.
En estas zonas, el animal anida en las cavidades de los árboles, cactus o acantilados y se posa comunalmente en árboles altos, en grupos numerosos.
Su área de distribución es dispersa, con poblaciones aisladas en la costa norte de Venezuela (una en el noroeste, cerca de Coro, y otra en el noreste, cerca de Puerto la Cruz), así como en las islas de Margarita, La Blanquilla y Bonaire.
Los factores que amenazan la conservación de la cotorra margariteña
De acuerdo con la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN, esta especie está catalogada como casi amenazada a la extinción. Según el organismo, el animal sufre la presión de las trampas y la pérdida de hábitat en grandes partes de su área de distribución en Venezuela continental.
Según indica, la pérdida y degradación del hábitat se traduce en una falta de sitios adecuados para su reproducción, descanso y alimentación. Otra amenaza identificada por la UICN es la caza furtiva y el comercio del animal como mascota.
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