martes, 26 de agosto de 2025

Plantar árboles en los trópicos: el doble escudo contra el calor y los incendios, por @GizmodoES

Un estudio internacional demuestra que plantar árboles en regiones tropicales no solo ayuda a capturar carbono, sino que también enfría la atmósfera y reduce los incendios forestales. La investigación revela que la reforestación más efectiva se logra en las zonas cálidas y húmedas, donde los beneficios climáticos se multiplican.

Los árboles son aliados fundamentales en la lucha contra el cambio climático, pero no todos actúan con la misma eficacia según el lugar donde crezcan. Un reciente estudio ha revelado que plantar en los trópicos aporta un beneficio climático doble: reduce las temperaturas y limita la propagación de incendios forestales.

Los trópicos enfrían el planeta

El estudio, publicado en npj Climate and Atmospheric Science, señala que los árboles tropicales son especialmente eficientes porque liberan vapor de agua mediante la evapotranspiración. Este proceso refresca el aire circundante y favorece la formación de nubes que reflejan la radiación solar.

Las simulaciones indican que reforestar zonas tropicales puede reducir la temperatura global en 0,05 °C, y en áreas concretas como África Central, hasta en 0,4 °C. Si se suma la captura de carbono, el enfriamiento global alcanza 0,08 °C, confirmando el enorme potencial de los bosques tropicales.

En contraste, en regiones boreales como Canadá o Rusia, plantar árboles puede tener un efecto opuesto: al oscurecer la superficie cubierta de nieve, aumentan la absorción de calor y, con ella, el riesgo de un ligero calentamiento.

Barreras naturales contra el fuego

Los investigadores también comprobaron que aumentar la densidad de árboles en zonas tropicales degradas disminuye el área afectada por incendios. A diferencia de los pastizales secos, que arden con facilidad, los bosques maduros generan ambientes húmedos y sombreados que dificultan la propagación de las llamas.

Esto resulta esencial para regiones como la Amazonia o el África tropical, donde la deforestación y las sequías han incrementado drásticamente la frecuencia de incendios en las últimas décadas. La reforestación tropical, por tanto, aporta un beneficio doble: enfría y protege.

Ciencia con visión global

La investigación se apoyó en 12 modelos climáticos distintos, lo que le otorga una robustez excepcional. Además, el escenario planteado fue realista: plantar únicamente en áreas que históricamente fueron bosques, evitando desplazar tierras agrícolas o comunidades humanas.


De esta forma se evitan errores frecuentes en proyectos de reforestación mal planificados, que pueden dañar ecosistemas nativos o generar conflictos sociales. El mensaje es claro: cada región necesita estrategias específicas, teniendo en cuenta su clima, disponibilidad de agua y dinámica de incendios.

Una herramienta complementaria

Los autores recalcan que la reforestación tropical no sustituye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, sí se posiciona como una medida complementaria de enorme valor, capaz de aportar beneficios inmediatos a escala local y global.

Proteger y restaurar bosques tropicales no solo significa más árboles: implica enfriar el planeta y reducir catástrofes naturales, actuando como un auténtico doble escudo frente al cambio climático.

Tomado de:

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