Durante años, el discurso dominante en el mundo empresarial fue que las regulaciones climáticas perjudicaban la competitividad y las ganancias. Sin embargo, un nuevo estudio revela un cambio radical: cada vez más grandes corporaciones europeas están presionando activamente por políticas climáticas más ambiciosas, desafiando la narrativa de que el sector privado es un obstáculo para la transición ecológica.
El informe, elaborado por el think tank InfluencEmap, analizó el cabildeo político de 200 de las empresas más grandes de Europa y encontró que el porcentaje de compañías cuyo lobby está “alineado” con los objetivos climáticos globales pasó de un 3% en 2019 a un 23% en 2025. Al mismo tiempo, las empresas consideradas “desalineadas” con la descarbonización cayeron del 34% al 14%.
“Esta investigación demuestra que existe una mayoría más grande y silenciosa que apoya la descarbonización y el progreso a través de la política climática”, explicó Venetia Roxburgh, analista de InfluencMap.
¿Por qué las empresas están cambiando de postura?
El estudio rastreó la participación corporativa en políticas climáticas a través de declaraciones públicas, documentos de consulta de la Unión Europea (UE) y hasta publicaciones en redes sociales. Los hallazgos sugieren que “una porción cada vez más sustancial del sector corporativo” está adoptando una postura pro-climática, impulsada por varios factores:
- Presión de inversores y accionistas: Los grandes fondos de inversión, como BlackRock y Vanguard, están exigiendo estrategias claras de sostenibilidad.
- Demanda de los consumidores: Las nuevas generaciones prefieren marcas con compromisos ambientales verificables.
- Riesgos económicos: Sequías, inundaciones y otras crisis climáticas ya están afectando cadenas de suministro y rentabilidad.
Sin embargo, este avance corporativo contrasta con el reciente giro político en la Comisión Europea, que desde diciembre ha colocado la “competitividad” en el centro de su agenda, en lo que muchos ven como un retroceso de su Pacto Verde Europeo.
Este cambio se produjo después de las elecciones de 2024, donde partidos de extrema derecha ganaron terreno en varios países, mientras que los Verdes sufrieron pérdidas significativas. Grupos ecologistas acusan a la UE de utilizar el discurso de la “simplificación regulatoria” como excusa para debilitar normas ambientales.
“Hablan de reducir la burocracia, pero en realidad están cediendo a presiones de lobbies contaminantes”, denunció Clémence Hutin, de Friends of the Earth Europe.
¿Hacia dónde va Europa?
Mientras algunas empresas presionan por más acción climática, el riesgo es que la UE termine frenando regulaciones clave en nombre de la competitividad. Sectores como el automotriz y el energético siguen divididos: algunas empresas piden plazos más estrictos para eliminar los motores de combustión, mientras otras intentan retrasar la transición.
El desafío ahora es claro: si Europa quiere cumplir sus metas climáticas, deberá asegurarse de que este nuevo impulso corporativo no sea neutralizado por decisiones políticas cortoplacistas.
Tomado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario