- Insectos desaparecen a nivel mundial.
- Más de 500 causas interconectadas identificadas.
- Agricultura intensiva es el factor principal.
- También influyen: cambio climático, urbanización, contaminación.
- Se ignoran amenazas como desastres naturales, guerras, infraestructuras.
- Exceso de atención a abejas y mariposas, olvido de otras especies.
- Urgente enfoque sistémico y multisectorial para la conservación.
El declive de las poblaciones de insectos es un fenómeno alarmante que ocurre en todo el mundo. Aunque la agricultura intensiva es el principal motor de esta pérdida, un estudio reciente liderado por biólogos de la Universidad de Binghamton ha revelado que existen más de 500 factores interconectados que contribuyen a esta crisis.
Desde la expansión agrícola hasta el cambio climático, pasando por la urbanización y la contaminación, las causas del declive de los insectos forman una red compleja y sinérgica, donde cada elemento potencia los efectos de los demás.
Agricultura intensiva: el factor más citado
El análisis de más de 175 revisiones científicas ha dejado claro que la agricultura intensiva ocupa el primer lugar entre las amenazas. Las prácticas como el uso masivo de insecticidas, la transformación del uso del suelo y la destrucción de hábitats son las principales vías por las que esta actividad impacta negativamente en las poblaciones de insectos.
A esto se suman los efectos del monocultivo, la reducción de la biodiversidad vegetal y la contaminación de suelos y aguas por fertilizantes y pesticidas. Estas acciones generan ambientes hostiles donde la supervivencia de los insectos se vuelve insostenible.
Otros motores del declive: cambio climático, urbanización y contaminación
El estudio también destaca el papel del cambio climático, no solo como un factor independiente, sino como una fuerza que exacerba otros problemas. Eventos como las precipitaciones extremas, los incendios forestales y las olas de calor alteran los ciclos de vida y los hábitats de muchas especies de insectos.
La urbanización descontrolada, con la expansión de infraestructuras y la fragmentación de ecosistemas, así como la contaminación lumínica y acústica, también están afectando la capacidad de los insectos para orientarse, reproducirse y alimentarse.
Amenazas subestimadas o ignoradas
El informe pone en evidencia que muchas amenazas conocidas para la biodiversidad apenas se consideran en la literatura científica sobre el declive de los insectos. Entre estas se encuentran:
- Desastres naturales.
- Conflictos armados y disturbios humanos.
- Infraestructuras como ferrocarriles y carreteras.
El sesgo hacia los polinizadores más conocidos
Otra conclusión relevante del estudio es la fuerte concentración de investigaciones en torno a insectos «carismáticos» como las abejas y mariposas, dejando de lado a la gran mayoría de especies, muchas de las cuales cumplen funciones ecológicas esenciales como la descomposición, el control de plagas y la fertilización del suelo.
Este sesgo reduce la eficacia de las estrategias de conservación, ya que las medidas diseñadas para proteger a unos pocos grupos no siempre benefician a los demás.
Necesidad de un enfoque sistémico y multisectorial
Los investigadores insisten en la urgencia de adoptar un enfoque integrado, capaz de gestionar no solo causas individuales, sino también las interacciones entre ellas. La conservación efectiva de los insectos requiere políticas que combinen:
- Regulación del uso de pesticidas.
- Restauración de hábitats naturales y corredores ecológicos.
- Adaptación al cambio climático.
- Reducción de la contaminación y urbanización responsable.
- La polinización de cultivos y plantas silvestres, esencial para la seguridad alimentaria
- El equilibrio de los ecosistemas, mediante el control natural de plagas
- El reciclaje de nutrientes, gracias al papel de los insectos en la descomposición de materia orgánica
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