lunes, 7 de abril de 2025

Nuevo estudio confirma que la dieta occidental activa la inflamación mientras la africana tradicional fortalece la inmunidad en solo dos semanas, por @EcoInventos,


Un cambio de solo dos semanas hacia una dieta occidental provoca inflamación, reduce la respuesta inmunitaria a patógenos y activa procesos relacionados con enfermedades del estilo de vida, como las cardiovasculares y la diabetes.
  • Dieta occidental → inflamación, menor inmunidad.
  • Dieta africana tradicional → reduce inflamación, mejora metabolismo.
  • Efectos se mantienen semanas después.
  • Comida fermentada también ayuda.
  • Estudio en Tanzania con 77 hombres.
  • Alta relevancia para salud pública global.
Un estudio en Tanzania revela el fuerte impacto de la dieta en el sistema inmunológico

Un cambio de tan solo dos semanas de una dieta africana tradicional a una occidental provoca inflamación, debilita la respuesta inmunitaria ante patógenos y activa procesos relacionados con enfermedades crónicas. Por el contrario, adoptar una dieta rica en verduras, fibra y alimentos fermentados —como la tradicional africana— muestra efectos positivos duraderos en el organismo. Estos hallazgos, publicados en Nature Medicine, confirman que la alimentación tiene un impacto directo y medible sobre el sistema inmunológico y el metabolismo.

Enfermedades del estilo de vida en aumento en África

Enfermedades cardiovasculares, diabetes y trastornos inflamatorios crónicos están en auge en África, impulsadas por el desarrollo económico, la urbanización y la mayor presencia de alimentos procesados. Ante esta situación, investigadores del Radboud University Medical Center (Países Bajos) y del KCMC University (Tanzania) llevaron a cabo un estudio pionero para entender las consecuencias de este cambio alimentario en la salud.

Cómo se realizó el estudio

Participaron 77 hombres tanzanos sanos, de entornos urbanos y rurales. Se dividieron en tres grupos:
  • Grupo 1: pasó de una dieta africana tradicional a una occidental durante dos semanas.
  • Grupo 2: hizo el cambio inverso, de occidental a africana tradicional.
  • Grupo 3: mantuvo su dieta habitual, pero consumió una bebida fermentada de plátano diariamente.
  • Grupo de control: no cambió su dieta.
A todos se les analizaron biomarcadores de inflamación, actividad inmunitaria y procesos metabólicos antes, durante y después del experimento.

Resultados: inflamación o protección, según lo que se come

Los que cambiaron a dieta occidental presentaron:
  • Aumento de proteínas inflamatorias en la sangre.
  • Activación de rutas metabólicas asociadas a enfermedades crónicas.
  • Reducción en la respuesta inmunológica ante patógenos.
Por el contrario, quienes adoptaron la dieta africana o consumieron la bebida fermentada mostraron:
  • Disminución de marcadores inflamatorios.
  • Mejoras metabólicas sostenidas incluso cuatro semanas después.
Esto demuestra que incluso un cambio breve en la alimentación puede generar efectos duraderos, positivos o negativos, en la salud.

Un nuevo enfoque: aprender de las dietas africanas

Este estudio es el primero en mapear detalladamente los efectos de una dieta africana tradicional, algo que históricamente se ha hecho con las dietas mediterránea o japonesa. Según Quirijn de Mast, internista de Radboudumc, África ofrece una gran diversidad culinaria basada en alimentos naturales, ricos en fibra, legumbres, cereales integrales y alimentos fermentados, lo cual puede ser clave para prevenir enfermedades crónicas.

De Mast subraya que los efectos perjudiciales de la dieta occidental no tardan en aparecer. Comida ultraprocesada, grasas saturadas, azúcares refinados, pan blanco, frituras y sal en exceso: una combinación que estimula la inflamación, base común de muchas enfermedades.

Potencial de esta tecnología para hacer nuestro mundo más sostenible

Adoptar elementos clave de la dieta africana tradicional puede contribuir a un futuro más sostenible, tanto a nivel ambiental como sanitario:
  • Reducción de la dependencia de alimentos ultraprocesados, que requieren más energía para su producción y generan mayor huella de carbono.
  • Fomento de la agricultura local y regenerativa, basada en legumbres, tubérculos, frutas y verduras autóctonas.
  • Menor consumo de carne y productos animales procesados, lo que disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Más alimentos fermentados y de temporada, lo que favorece la biodiversidad y reduce el desperdicio alimentario.
  • Prevención de enfermedades crónicas, lo cual alivia la carga sobre los sistemas de salud y reduce el consumo de medicamentos e intervenciones clínicas intensivas.
La alimentación sostenible no es una moda, es una necesidad. Y las dietas tradicionales, como la africana, pueden ofrecer las claves para una salud personal y planetaria más equilibrada.

Tomado de:

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