Se habla de gases efecto invernadero (GEI) cuando estamos ante sustancias que contribuyen al efecto invernadero y, por ende, al calentamiento global y el cambio climático. El efecto invernadero es un rasgo natural de la atmósfera que forma parte del funcionamiento natural de la Tierra. No obstante, cuando su efecto se potencia y es más elevado de lo que se produce a nivel natural, deja de existir efecto invernadero natural y pasa a ser negativo, provocado principalmente por el aumento de la actividad humana.
Los efectos nocivos del efecto invernadero se ven reflejados en un aumento considerable de la temperatura del planeta, un incremento del impacto de la radiación solar, cambio climático, alteración de ecosistemas a causa de los cambios climatológicos y ambientales, crecimiento de la sequía en zona que suelen ser lluviosas, más lluvias y tormentas en áreas que suelen tener poca humedad o escasa lluvia, erosión del suelo y pérdida de fertilidad para el cultivo y un largo etcétera.
Las cifras de los gases de efecto invernadero impactan y nos alejan de los objetivos de París
Los niveles de gases efecto invernadero sobrepasaron un nuevo récord en 2023, llevando al planeta a un incremento de temperaturas durante años, según informa la Organización Meteorológica Mundial (OMM). El dióxido de carbono (CO2) está acumulándose en la atmósfera a un ritmo inédito en la historia de la humanidad y ha subido más del 10% en los últimos veinte años.
A lo largo de 2023, las emisiones de CO2 difundidas por los grandes incendios de vegetación y una posible baja de la absorción de carbono en los bosques, combinada con las persistentes emisiones de CO2 de los combustibles fósiles de las actividades humanas e industriales, impulsaron una subida catastrófica, de acuerdo a la información aportada por el Boletín anual sobre gases efecto invernadero de la OMM.
El año pasado, la concentración media mundial de CO2 en la superficie llegó a las 420,0 partes por millón (ppm), la de metano las 1.934 partes por billón y la de óxido nitroso las 336,9 partes por billón (ppb). Estos números suponen el 151%, el 265% y el 125% de los niveles preindustriales (antes de 1.750), según lo comunicado. Unas cifras que se calculan sobre la base de las observaciones a largo dentro de la red de estaciones de vigilancia de la Vigilancia de la Atmósfera Global.
El último informe sobre los gases efecto invernadero nos aleja de los objetivos de París
“Otro año. Otro récord. Esto debería hacer sonar las alarmas entre los responsables de la toma de decisiones. Estamos claramente lejos de cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2 °C y aspirar a un aumento de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Estas son más que simples estadísticas. Cada parte por millón y cada fracción de grado de aumento de la temperatura tiene un impacto real en nuestras vidas y en nuestro planeta”, expuso Celeste Saulo, Secretaria General de la OMM, vía comunicado.
El crecimiento de CO2 en la atmósfera registrado en 2023 fue superior al de 2022, pero menor al recopilado en los 3 años anteriores. Su aumento anual de 2,3 ppm marcó el duodécimo año consecutivo con un incremento superior a 2 ppm. El Boletín de Gases Efecto Invernadero de la OMM es una de las publicaciones emblemáticas de la OMM publicada para informar a la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP, ya va por el vigésimo número.
Mientas las emisiones sigan, los gases efecto invernadero continuarán acumulándose en la atmósfera, lo que derivará en un incremento de la temperatura global. Un contexto alarmante que nos posiciona cada vez más lejos de los objetivos de París, de los que te contamos más en este artículo.
Tomado de:
https://www.ecoticias.com/co2/gases-efecto-invernadero-alarma
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