sábado, 5 de octubre de 2024

Aún tenemos que seguir gritando: “Salvemos a las ballenas”. Por Carlos Bravo (Ocean Care), por @EFEverde


escrito por: Arturo Larena

basado en los que escribe Carlos Bravo (Ocean Care)

El mítico slogan de los años 70 “Salvemos a las ballenas” (“Save the Whales”, en inglés) sigue, lamentablemente, vigente. Hace casi 50 años, el 27 de abril de 1975, Greenpeace lanzó la primera campaña mundial contra la caza de ballenas desde los muelles de Vancouver (Canadá). Esa misión se convertiría en la chispa que encendió el movimiento mundial “Save the Whales”. Pese a los importantes avances conseguidos desde entonces a nivel internacional a este respecto, esta cruenta actividad no ha cesado por completo y, además, han surgido nuevas amenazas para estas magníficas criaturas.

Se estima que durante el siglo XX se mataron unos 2,9 millones de ballenas en operaciones de caza comercial, diezmando las poblaciones a nivel mundial. La prohibición global de esta actividad (conocida como la moratoria), que fue adoptada por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en 1982 y entró en vigor en 1986, evitó la extinción de algunas especies de grandes ballenas y permitió que ciertas poblaciones se recuperaran.

La prohibición de la caza comercial de ballenas puede calificarse de uno de los mayores éxitos en la conservación mundial de especies animales. Sin embargo, el júbilo por este logro no es aún total puesto que Islandia, Noruega y Japón decidieron continuar cazándolas. Estos países han matado a más de 44.000 ballenas desde 1986 (a fecha de agosto de 2024), en ocasiones disfrazada, como hiciera Japón, con la falaz etiqueta de "investigación científica".

Además, debido a una variedad de otras actividades humanas, las grandes ballenas y otros cetáceos se enfrentan a graves amenazas cada vez más preocupantes, como las muertes producidas por los barcos cuando éstos colisionan con ellas, su captura accidental en redes de pesca, los daños producidos por el ruido submarino y otros tipos de contaminación, así como los efectos del cambio climático. En otras palabras, aún tenemos mucha tarea por delante antes de poder olvidarnos del lema “Salvemos a las ballenas”.

Resultados de la 69ª reunión de la Comisión Ballenera Internacional

El lobby pro caza de ballenas, auspiciado fuertemente por Japón, lleva años tratando de socavar la autoridad y la labor de la CBI. Japón abandonó la CBI en 2018 tras fracasar en su intento de legalizar la caza comercial de ballenas. Desde entonces, su lobby ballenero sigue moviendo hilos a través de diversos países para deslegitimar la prohibición mundial de la caza de ballenas y paralizar el amplio programa de trabajo de conservación de la CBI el cual ha tenido un gran éxito en la protección de los cetáceos en todo el mundo. En ese contexto, la 69ª reunión de la CBI (23 al 27 de septiembre de 2024, Lima, Perú), se ha celebrado en medio de fuertes tensiones.

Así, la delegación de Antigua y Barbuda ha presentado este año, como ya hizo en la anterior reunión (en 2022), una propuesta de resolución para poner fin a la moratoria de la caza de ballenas. Aquel año, OceanCare, en trabajo conjunto con otras organizaciones aliadas, lograron llamar la atención internacional sobre el escandaloso hecho de que el gobierno de Antigua y Barbuda desconocía por completo las posiciones de sus delegados en la CBI. Finalmente, el Gobierno de este país, ante la fuerte oposición científica, de gobiernos y ONG, ha decidido retirar dicha propuesta.

Tampoco salió adelante el intento de algunos países de África Occidental y Central de intentar legalizar la caza de ballenas con el absurdo pretexto de la 'seguridad alimentaria'. Como han declarado públicamente más de 100 científicos y expertos de la región, no existe ni tradición ni necesidad de cazar ballenas en África Occidental y Central. Es vergonzoso que algunos gobiernos africanos se dejen utilizar para defender los intereses comerciales balleneros de Japón.

Felizmente, la resolución propuesta por los Estados miembros de la UE para reforzar la moratoria ("Obligaciones jurídicas internacionales en la caza comercial de ballenas") fue aprobada por abrumadora mayoría. Por primera vez en 23 años, la CBI expresó su preocupación por la continua caza comercial de ballenas por parte de Japón, Islandia y Noruega.

La cruz de la moneda es que la creación de un Santuario de Ballenas del Atlántico Sur, propuesta por Argentina, Brasil y Uruguay, no alcanzó la mayoría de tres cuartos necesaria para ser aprobada. Esta vez se estuvo más cerca que nunca en los últimos 20 años pues la derrota fue por la mínima, a falta de un solo voto. Una vez más, las naciones pro caza de ballenas de África Occidental y el Caribe -coordinadas por Japón- volvieron a impedirlo.

OceanCare tiene estatus de observador en la CBI desde 1992 y también está representada a través de expertos en el Comité Científico de la CBI desde 2015. OceanCare se esfuerza por mantener la moratoria mundial sobre la caza comercial de ballenas, en vigor desde 1986, y por reforzar la CBI fomentando su transformación en un organismo de conservación moderno que aborde toda la gama de amenazas que pesan sobre todas las especies de ballenas y delfines, como las mencionadas más arriba.,

Salvar a las ballenas nos ayuda a salvarnos a nosotros mismos

Los océanos son cruciales sumideros de carbono, ya que secuestran cerca del 23% de las emisiones antropogénicas de CO2. Los cetáceos vivos, en particular las ballenas (que son grandes y longevas), son un componente importante del ciclo del carbono del océano, al actuar como eficientes almacenadores de carbono de la biomasa que ingieren. Después de su muerte, los cuerpos se hunden en el fondo oceánico, lo que evita que el carbono liberado durante los procesos de descomposición llegue a la atmósfera. Al reducir las poblaciones de ballenas, la caza comercial redujo la capacidad de almacenamiento de carbono de los océanos. Se estima que las grandes ballenas de hoy almacenan 9,1 millones de toneladas de carbono menos de lo que almacenaban las poblaciones de grandes ballenas antes del advenimiento de la caza comercial industrial.

Es más, los cetáceos son vectores importantes de nutrientes de tipo tanto vertical (lo que se conoce en inglés como “whale pump”) como horizontal (el denominado “great whale conveyor belt”, en inglés). Los cetáceos que cazan en las profundidades marinas, como, por ej. los cachalotes, transportan nutrientes en forma vertical al alimentarse por debajo de la zona eufótica (aquella en la que penetra la luz del sol, y tiene una profundidad variable en función de la turbidez del agua) y defecar en aguas superficiales, donde los nutrientes para el crecimiento del fitoplancton son limitados. Por tanto, el transporte de nutrientes realizado por los cetáceos contribuye a fortalecer la productividad del fitoplancton, lo que a su vez resulta en un incremento en el secuestro natural de CO2 atmosférico. Sumado a esto, la migración de las ballenas desde las áreas de alimentación en latitudes altas hacia las áreas reproductivas, transporta nutrientes desde las regiones polares (altamente productivas) a los trópicos (deficientes en nutrientes) a través de urea, placentas y cuerpos en descomposición.

Aunque sólo fuera por los importantes servicios ecosistémicos que proporcionan estas impresionantes e inteligentes criaturas deberíamos hacer todo lo posible para protegerlas eficazmente y eliminar todas las amenazas a las que tienen que hacer frente por nuestra culpa.

Carlos Bravo (OceanCare)

OceanCare es una organización no gubernamental internacional de conservación marina, fundada en Suiza en 1989. La organización trabaja en la protección y restauración del medio marino y la fauna marina con un fuerte enfoque político, combinando investigación, proyectos de conservación y educación. Las actividades de OceanCare abarcan la contaminación marina, el cambio climático, la caza de mamíferos marinos y las consecuencias medioambientales de la pesca. Su labor cuenta con el apoyo de un equipo de expertos científicos, jurídicos y políticos, e implica la colaboración estratégica con organizaciones de la sociedad civil y coaliciones de todo el mundo. OceanCare es socio oficialmente acreditado y observador en varias convenciones de la ONU y otros foros internacionales. www.oceancare.org

Tomado de:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Marginal de la selva: guerra y deforestación que cruzan la Amazonía, por @mongabay

Desde la década de 1960 se planeó esta gran autopista que conectaría a la Amazonía desde Venezuela hasta Bolivia. El sueño se deshizo en el...