Los arrecifes de coral, joyas vivientes de los océanos y guardianes de la biodiversidad marina, se encuentran al borde del colapso. En un nuevo y estremecedor informe global, los científicos advierten que el planeta ha cruzado su primer punto de inflexión ecológico: las temperaturas récord de los océanos han provocado un evento de blanqueamiento masivo sin precedentes, sumiendo a estas estructuras milenarias en una crisis que podría modificar de forma irreversible el equilibrio marino.
Las consecuencias, como ecos que reverberan en la profundidad, alcanzan no solo a los ecosistemas sino a las vidas de cientos de millones de personas que dependen de ellos.
La investigación, respaldada por 160 científicos de 87 instituciones internacionales y coordinada por la Universidad de Exeter con financiación del fondo de Jeff Bezos, revela un escenario sombrío: si la temperatura global promedio no se reduce rápidamente a 1,2 °C (y eventualmente a 1 °C) respecto a los niveles preindustriales, las posibilidades de conservar los arrecifes tropicales en una escala significativa prácticamente se desvanecen.
Actualmente, el calentamiento global ya ha alcanzado los 1,4 °C, ubicando al planeta dentro de la llamada zona de peligro.
Blanqueamiento
Desde enero de 2023, los arrecifes se encuentran inmersos en el cuarto evento global de blanqueamiento, y el más devastador registrado hasta la fecha. Más del 80 % de los arrecifes en más de 80 países han sido afectados por temperaturas oceánicas extremas, lo que ha impulsado a los expertos a describir la situación como “territorio inexplorado”.
Este fenómeno, conocido como punto de inflexión climático, es reconocido por la comunidad científica como un umbral más allá del cual el daño al ecosistema es irreversible. En palabras Tim Lenton, director del Instituto de Sistemas Globales de Exeter: “Ya no hablamos de una amenaza futura. El colapso a gran escala de los arrecifes de coral ya ha comenzado”.
Un fenómeno conectado
Este deterioro no es un fenómeno aislado. El informe subraya que otros puntos críticos del planeta (como el Amazonas, las corrientes oceánicas profundas y las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida occidental) están peligrosamente cerca de cruzar sus propios umbrales ecológicos.
De hecho, Lenton advierte que la pérdida acelerada de hielo terrestre está elevando el nivel del mar a un ritmo preocupante, lo que representa una amenaza directa para las comunidades costeras en todo el mundo.
Además, el informe introduce el concepto de refugia (regiones donde los impactos climáticos sobre los arrecifes son menos pronunciados) como claves para la supervivencia de estos ecosistemas. Proteger estos refugios naturales se convierte en una prioridad estratégica.
La transformación de los arrecifes, sin embargo, no se detendrá en su desaparición total. Lo que se avecina es una reconfiguración ecológica: sistemas donde los corales ya no serán los protagonistas y la biodiversidad tomará formas distintas.
Un rayo de esperanza
En medio del desasosiego, el informe ofrece un rayo de esperanza: los llamados puntos de inflexión positivos. Procesos sociales o tecnológicos que, de acelerarse, podrían desencadenar una reducción drástica de las emisiones. La rápida adopción de vehículos eléctricos, las energías limpias o las nuevas formas de consumo consciente son algunos de estos catalizadores.
“La carrera ya ha comenzado. Si logramos acelerar estos puntos de inflexión positivos, aún podemos evitar las consecuencias más incontrolables del calentamiento global”, concluye Lenton.
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