- Café, aliado de un envejecimiento saludable.
- Efecto ligado a cafeína natural, no presente en té o descafeinado.
- Consumo moderado, clave para beneficios.
- Refuerzo de salud física y mental a largo plazo.
- Refuerzo si se combina con hábitos saludables.
Un estudio de 30 años de seguimiento a casi 50.000 mujeres ha encontrado una asociación clara entre el consumo moderado de café con cafeína en la mediana edad y una mayor probabilidad de llegar a los 70 años o más sin enfermedades crónicas graves, sin pérdida de movilidad y con buena salud cognitiva. Lo interesante es que ni el té, ni el café descafeinado, ni las bebidas azucaradas con cafeína mostraron beneficios similares.
El análisis, realizado por la Harvard T.H. Chan School of Public Health, sugiere que la clave está en la combinación de cafeína natural y compuestos bioactivos presentes en el café, como los polifenoles y antioxidantes. Estos compuestos podrían influir en procesos clave como la inflamación de bajo grado y el estrés oxidativo, dos factores que aceleran el deterioro físico y mental con la edad.
La dosis que marca la diferencia
Las participantes que mostraron mejor envejecimiento saludable consumían en su mediana edad unos 315 mg de cafeína diarios (equivalentes a unas tres tazas pequeñas o 1,5 tazas grandes actuales). Según el estudio, cada 80 mg adicionales de cafeína —aproximadamente una taza pequeña— se asociaron con una mejora de 2 a 5% en los indicadores de salud, hasta un máximo de cinco tazas pequeñas. Más allá de esa cantidad, los beneficios no crecían y podían incluso invertirse si el consumo se acompañaba de hábitos poco saludables.
Lo que no funciona igual
El té, el café descafeinado y las bebidas de cola no mostraron impacto positivo en el envejecimiento saludable. En el caso de la cola azucarada, la asociación fue negativa: una ración diaria se relacionó con una caída del 20-26% en la probabilidad de envejecer sin enfermedades graves. Esto apunta a que no es solo la cafeína lo que importa, sino la matriz química y nutricional de la bebida.
Implicaciones más allá de la taza
El café, además de su efecto estimulante, podría actuar como un pequeño refuerzo metabólico diario que, sumado a una dieta equilibrada, ejercicio regular y la ausencia de hábitos nocivos como el tabaco, favorece un envejecimiento más saludable. En países mediterráneos, por ejemplo, donde el café se consume tradicionalmente sin grandes cantidades de azúcar o nata, estos beneficios pueden integrarse fácilmente en el día a día.
Además, algunas ciudades están incorporando el café como parte de programas comunitarios de envejecimiento activo, ofreciendo espacios sociales donde el consumo moderado se combina con actividades cognitivas y físicas, lo que refuerza tanto la salud social como la física.
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